viernes, marzo 30, 2007

Relativismo por default

Qué curioso! Yo que siempre he adherido con fuerza al relativismo, siento que con el paso de los años me he ido convirtiendo en una colmena de dogmatismos. Ese espíritu sediento de preguntas cedió a otro desbordante de conclusiones de papel, que me ha costado desarmar.


Así, mi agnosticismo se ha ido cristalizando en "religión", mi concepción de los grises en política, sexualidad, economía o arte se ha transformado, lentamente, en una estatua de sal...de apariencia sólida, pero débil al tacto.


Sin embargo, me pregunto a la vez, ¿hay escapatoria a la trampa de las teorías incólumes, las verdades inamovibles? ¿puede uno rehuír del "rol de experto", cuando se ve emplazado frente a otra cosmovisión que suena igual de "ensayada"? ¿hay alguna roca bajo tanta mitología?, ¿existen antídotos?


Los dogmas son un cazabobos... no sólo discursivo, sino práctico. Se cuelan imbarajables, con sus argumentos adulterados por la historia personal, la percepción disimétrica. Se imponen bien orquestados, sedan nuestra lengua y luego se lanzan al mundo como si fuesen nuestras verdades más íntimas, cuando, al fin y al cabo, son sólo el eco perdido de algunas líneas malgastadas, palabras de fogueo, gaffes, obstinaciones, cicatrices, traumas que retoñan.

El prófugo de los dogmas cayó en su propia emboscada! Mal, mal..

(Fotografías: Francisco Cannobbio)

lunes, marzo 26, 2007

Aterrizaje forzoso

He llegado al punto de considerar el hacinamiento mi mayor forma de descanso y evasión. Debido a mi trabajo, las calles se han convertido para mí en un sinónimo de oficina, de latencia, rostros y esquinas recurrentes.
Este fin de semana decidí darle un descanso a mis pies y simplemente encerrarme. La mañana del sábado hice las comprar necesarias.. y como si fuese un régimen de guerra, me aprovisioné lo bastante como para quedarme encerrado todo el fin de semana en mi casa.
Y entre mis cuatro paredes, viajé intensamente.... tomé vuelos míticos hacia la decadencia decimonónica, a la España de Franco, a la cama de un parapléjico que clama por su derecho a morir, a los suburbios de Londres, a salones de baile inmaculados y cargados de boato, a un ático increíble de París, a una iglesia habitada de imágenes aterradoras... lugares, rostros, diálogos, miradas ligeras, susurros.. viajé, me entrometí un momento, los observé de cerca, presencié sus confesiones, ausculté sus murmullos, atestigué la epidermis y su anverso.

Salté entre "Mar adentro", "La mala educación", "La edad de la inocencia", algunos capítulos del libro que leo a intermitencias, "Los dientes blancos".. volví a "Mi hermosa lavandería", "High art", "Little children", "Better than chocolate"...Interrumpí en escalas por un café, una llamada telefónica y luego, estiré ansioso las alas y esa extraña hipnosis que obliga a perder conciencia del entorno más próximo....

Aterricé definitivamente cuando terminé de ver "Héroes" y la vida de O'higgins. Un tanto exhausto, con los ojos aún sedientos, pero cansados... Volví a la burda y afilada realidad, a lo factual, a la planificación del día siguiente, la misma ropa, el mismo color en las paredes, el compromiso que tengo para el martes, el jueves o cuando sea, el teléfono que vuelve a sonar, la misma música, el mismo ruido exterior que se cuela por la ventana. El olor de mi cama, que, supongo, es mi mismo olor...

Cuánto preferiría vivir en constante vuelo, saltando entre las historias, planeando en pequeños transcursos, bebiendo la belleza, los detalles, las texturas.. y no tener que retornar, con una tristeza intensa, a los caminos tan predecibles de la "realidad" en bruto, tan prosaicos, faltos de magia, a los espaciados minutos que corren bulliciosos, molestos, monocordes...y luces que se fugan sin demasiado sentido.

jueves, marzo 22, 2007

Little Earthquakes

Siempre me han llamado la atención los revolucionarios, los corajudos que se atreven a desbordar las sangrías del sistema para deconstruirlo todo. Detrás de esta etiqueta, que puede oler a idealismo, se esconden tantos otros arquetipos que a lo largo de mi vida he observado con un dejo de admiración y desconcierto, como los vanguardistas, los creativos hasta el paroxismo, quienes no toman un "no" como respuesta, los contestararios, los líderes, los eternos energizados con un espíritu joven, virgen e inocente, los no amordazados por el "deber ser".

¿Cómo se puede ser revolucionario y rehuír de la comodidad de aquello que ya está construido? ¿Cuándo y cómo se produce el click del cambio? Pienso, por ejemplo, en quienes deciden dejar el cotidiano, vender sus pertenencias y unirse a un culto que opera en medio del Himalaya.. o sacrificar los altares personales y partir rumbo a...Mali.
Desvestirse de un cómodo ropaje de dogmas religiosos y políticos, que resuelve los ideales de vida con una pauta bien armada, es de esos actos "a-cojonados" que me deslumbran.

Alguna vez presencié de cerca este tipo de metamorfosis. Adrián era un poeta que conocí hace algunos años. Estudiaba literatura, cuando yo seguía mis primeros años de periodismo. Íbamos juntos a un taller de poesía, donde nos reíamos de lo banal y compartíamos libros, poemas y secretos... entre ellos, Adrián me confesaba cómo se escabullía, de vez en cuando, de sus clases para asisitir furtivamente a cursos de teatro con títeres. Hasta que un buen día dejó de ir al taller de poesía (también a la universidad) y sin decir agua va, se fue con una compañía de marionetas checa que por esos días peregrinaba por Valparaíso...Según lo último que supe, después de recorrer Centroamérica, Europa del Este, la otra Europa y África, vivía con una exquisita precariedad en Indonesia (sin embargo, lo más probable es que su caminata nómade ya lo haya llevado hasta algún otro lejano lugar).

A veces me encantaría simplemente desaparecer y dedicarme a vivir con una urgencia...no de minutos ni horas de cierre....sino de querer probarlo todo, vivenciar contrastes, aprender nuevos idiomas, identificarme con otras costumbres, otros ritos, vestir atuendos que hoy podría considerar ajenos o exóticos, olvidar y rememorar...Tal vez me encantaría encabezar un movimiento que transforme en acción todos mis ideales o unirme a un grupo de agnósticos que reactive mis no-dogmas. Cambiar de piel y no detenerme a observar los trasbordos desde una estación donde los trenes no se detienen.

lunes, marzo 12, 2007

Halt


"HALT!" Luis Rogelio Nogueras (Poeta cubano)

Recorro el camino que recorrieron 4.000.000 de espectros.
Bajo mis botas, en la mustia, helada tarde de otoño
cruje dolorosamente la grava.
Es Auschwitz, la fábrica de horror que la locura humana
erigió a la gloria de la muerte.
Es Auschwitz, estigma en el rostro sufrido de nuestra época.

Y ante los edificios desiertos,
ante las cercas electrificadas,
ante los galpones que guardan toneladas de cabellera humana
ante la herrumbrosa puerta del horno
donde fueron incinerados padres de otros hijos,
amigos de amigos desconocidos, esposas, hermanos,
niños que, en el último instante,
envejecieron millones de años,
pienso en ustedes, judíos de Jerusalem y Jericó,
pienso en ustedes, hombres de la tierra de Sión
que estupefactos, desnudos, ateridos cantaron la hatikvah
en las cámaras de gas;
pienso en ustedes y en vuestro largo y doloroso camino
desde las colinas de Judea
hasta los campos de concentración del III Reich.
Pienso en ustedes y no acierto
a comprender cómo olvidaron
tan pronto el vaho del infierno.


Auschwitz-Cracovia, 21-10-79
(Poema recitado por Silvio Rodríguez en su concierto de Viña)

lunes, marzo 05, 2007

Eternos retornos

Dentro de poco emprenderé un pequeño recorrido sin destinos fijos por mi propia ciudad, Valparaíso. Me han dejado con sed de "re-conocer" el puerto las sonambulantes caminatas que me exige el trabajo. He redescubierto tantas fachadas, rincones, estéticas... incluso, he divisado por ahí personajes que creí olvidados, como el afilador de cuchillos, el pregonero, el vendedor de cuchuflíes e incluso un miniaturista que fabrica autitos con tapas semioxidadas de bebidas.

Hay tanto por invocar... los almacenes con receptáculos de vidrios para golosinas, el azúcar y el aceite a granel.. productos en conserva olvidados, el olor de las verduras y el pan, jueguetes de madera, gatos durmiendo en las vitrinas... O los adoquines despegándose rebeldemente del suelo, las paredes con una leve capa que deja entrever viejas publicidades, campañas políticas anacrónicas, consignas gastadas.




Quiero recorrer las estaciones de ascensores que ya no existen y sólo permanecen en los vestigios de sus rieles, escaleras bloqueadas por caserones repentinos, micros sesenteras convertidas en casa de juegos, monumentos anónimos que desaparecen entre antenas de celulares.. Quiero retroceder el reloj hasta la vida de barrio que desafía a la premura, los niños que patean sus pelotas plásticas contra las calles empinadas, los perros en jaurías que se mueven como enjambres silvestres, los barcos estáticos en el telón de fondo.


Pronto les contaré de mi no-muy-lejano viaje....
Prometo algunas fotos del recorrido.
Apetitos retinianos. Obturaciones.
Miradas y cegueras furtivas.