jueves, marzo 22, 2007

Little Earthquakes

Siempre me han llamado la atención los revolucionarios, los corajudos que se atreven a desbordar las sangrías del sistema para deconstruirlo todo. Detrás de esta etiqueta, que puede oler a idealismo, se esconden tantos otros arquetipos que a lo largo de mi vida he observado con un dejo de admiración y desconcierto, como los vanguardistas, los creativos hasta el paroxismo, quienes no toman un "no" como respuesta, los contestararios, los líderes, los eternos energizados con un espíritu joven, virgen e inocente, los no amordazados por el "deber ser".

¿Cómo se puede ser revolucionario y rehuír de la comodidad de aquello que ya está construido? ¿Cuándo y cómo se produce el click del cambio? Pienso, por ejemplo, en quienes deciden dejar el cotidiano, vender sus pertenencias y unirse a un culto que opera en medio del Himalaya.. o sacrificar los altares personales y partir rumbo a...Mali.
Desvestirse de un cómodo ropaje de dogmas religiosos y políticos, que resuelve los ideales de vida con una pauta bien armada, es de esos actos "a-cojonados" que me deslumbran.

Alguna vez presencié de cerca este tipo de metamorfosis. Adrián era un poeta que conocí hace algunos años. Estudiaba literatura, cuando yo seguía mis primeros años de periodismo. Íbamos juntos a un taller de poesía, donde nos reíamos de lo banal y compartíamos libros, poemas y secretos... entre ellos, Adrián me confesaba cómo se escabullía, de vez en cuando, de sus clases para asisitir furtivamente a cursos de teatro con títeres. Hasta que un buen día dejó de ir al taller de poesía (también a la universidad) y sin decir agua va, se fue con una compañía de marionetas checa que por esos días peregrinaba por Valparaíso...Según lo último que supe, después de recorrer Centroamérica, Europa del Este, la otra Europa y África, vivía con una exquisita precariedad en Indonesia (sin embargo, lo más probable es que su caminata nómade ya lo haya llevado hasta algún otro lejano lugar).

A veces me encantaría simplemente desaparecer y dedicarme a vivir con una urgencia...no de minutos ni horas de cierre....sino de querer probarlo todo, vivenciar contrastes, aprender nuevos idiomas, identificarme con otras costumbres, otros ritos, vestir atuendos que hoy podría considerar ajenos o exóticos, olvidar y rememorar...Tal vez me encantaría encabezar un movimiento que transforme en acción todos mis ideales o unirme a un grupo de agnósticos que reactive mis no-dogmas. Cambiar de piel y no detenerme a observar los trasbordos desde una estación donde los trenes no se detienen.

10 Comentarios:

A la/s 11:36 a. m., Anonymous Anónimo dijo...

Cuánto comparto esas ansiedades!!!!!!!
y la añoranza de partir sin rumbo al vértigo del viaje iniciático, del cielo como techo, de la incerteza y el capricho de nuevos caminos y territorios desconocidos
Añoro tanta veces dejar mi enjaulado metro cuadrado, la comodidad de mi ducha caliente y mi cama perfumada y depender sólo de una austera mochila, un cuaderno de notas y unos cuantos dólares.
la vida no puede ser sólo esto.... creo

besos

www.smokedeyes.blogspot.com

 
A la/s 3:47 p. m., Anonymous Anónimo dijo...

Me da miedo pensar que nunca haré algo como eso, creo que mi vida no sería completa sin "escaparme" de mi entorno y descontextualizarme sólo porque sí (aunque la razón nunca será sólo un porque sí).
Creo que es necesario tener una aventura, sentir que no hay nada más importante en el mundo que disfrutar un momento, pero teniendo la conciencia que no se volverá a repetir.
Ahora o nunca!

 
A la/s 3:50 p. m., Blogger Andreita dijo...

Mi manu querido, que grato regresar a tu casa y encontrarme al Che sentado en tu living (esa foto me encanta!!)
Te leo y me acuerdo de nuestras largas conversaciones, de nuestras caminatas, de tantos momentos donde ese deseo de ser otro, pero más tú q nunca afloraban casi como el musgo después de la lluvia en las murallas viejas de ese valpo que nos caminamos tantas veces.
Quizás podrías empezar por ahí... recaminar, rerrecorrer... hasta que llegue tu momento... que estoy segura que será cuando menos lo esperes...
quizás ahí encuentres, entre otras cosas, ropas que te acomoden, te abriguen y, en especial, a tus elefantes que vienen y van.
Te quiero amigo, aunque aún nos debemos un café

 
A la/s 10:32 p. m., Anonymous Anónimo dijo...

En esta te sigo cien por ciento. ¡Qué ganas de pescar una mochila y partir! Y no orque mi vida actual me tenag disconforme, al contrario. Pero en esas aventuras, en ese cosquilleo en el estómago por lo nuevo hay una adrenalina, un espíritu que suele estar adormecido en lo cotidiano. A ver si un día nos vamos de copas por allí y construimos algo de esos viajes imaginarios.
Saludos
CV

 
A la/s 11:53 a. m., Blogger Violeta z dijo...

Qué me distancia de esa fascinante posibilidad... de pensar en la idea de ciudadana del mundo, y enriquecerte del día a día y no sumirme en rutinas a rato sin sentidos. Pienso en mis apegos. Pienso en Nicolás, pero tampoco creo que ése sea mi justicaión completa. El desapego implica un ejercicio mucho mayor del que estoy dispuesta- y preparada- a ejercer... Pero admiro a quienes pueden dejar atrás como páginas de un libro siempre abierto, que cada día escribe nuevas páginas y deja nuevas huellas...

Te quiero... por tus sueños, y por tus ataduras...

Besos de madre infiel

Violeta

 
A la/s 12:21 p. m., Anonymous Anónimo dijo...

Creo que nos atan tantas cosas: la comodidad, los vínculos afectivos, l@s amig@s, la familia....

Creo que no soy del grupo nómade (cazador - recolector, jajaja), porque cada vez mis raíces se entretejen más con Valparaíso y me gusta más mi lugar de trabajo... Sólo me mueve un viaje seguro a estudiar al extrajero para regresar a la misma vida con más experiencias...

Tal vez algún día haré todo lo contrario y me perderé en el mundo, nunca se sabe, pero por el momento sigo siendo cómoda y cobarde...

Abrazososososos....

Lore...

Hoy, tarde de hermanos para succionar Valparaíso...

 
A la/s 12:51 p. m., Blogger Cristián R. dijo...

Las grandes revoluciones convergen de procesos de inestabilidad y descontento social, donde un lider o revolucionario, toma la batuta del movimiento. A veces, pensar que uno debe realiza grande cambios en su vida y dejar todo atrás o aportar con grandes cosas a la humanidad, son cosas que pueden escapar a nuestra formación, habilidades y capacidades. Sin embargo, creo que las pequeñas revoluciones, esas que uno puede ir haciendo día a día y que son gratificantes: caminar a la casa leyendo un libro, juntarse con un amigo, ir a la playa, comer comida chatarra, tratar bien a la persona que tienes al lado, etc ... las formas son muchas.

 
A la/s 11:10 p. m., Blogger Udo dijo...

También es una idea que de vez en cuando ronda mi cabeza, pero son muchas mis ataduras, estoy demasiado pegado a esta tierra y siempre me falta el valor.
Perdón por la demora, tu entiendes.
Que estés muy bien.
Un abrazo.
Sal-udo.

 
A la/s 12:29 a. m., Blogger Maca, Muni, Cumi, Pinilla, Jefa, Makmarak, etc dijo...

Pucha amigo qué te puedo decir...para mí las revoluciones no son sólo el hacer, sino tbn el pensar.

A veces idealizamos el desprendimiento de lo cotidiano creyendo que esa es la salida y la solución a la monotonía de nuestra vida...pero no siempre esa es la salida... =)

Besitos..sabes que te kiero miles...

Y tengo nuevo blog!!!!

Muni

 
A la/s 12:34 a. m., Blogger Maca, Muni, Cumi, Pinilla, Jefa, Makmarak, etc dijo...

Pucha Manu y link de mi blog no hace conexión con la página...

 

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