Quemando imágenes en la pira de Pinochet
La muerte de Pinochet me sorprendió en el norte. Me había escapado, en uno de mis fines de semana de fugitivo, a visitar a un grupo de amigos de La Serena. Había logrado bien mi cometido de huir casi secretamente de la esclavitud de mi trabajo. De pronto, en la idílica (y aún discretamente no pretenciosa) playa Guanaqueros, cuando el sonido monocorde del mar, una copa de mango sour y un buen libro de cuentos cortos, me ayudaban a disipar voces, caras, imágenes recurrentes, obligaciones, deudas, gentío y pulsiones mecánicas, timbran mi teléfono: "Se murió Pinocho... por fin!".
Derrumbe de la calma, hambre periodística, exaltación de mi sangre opositora al régimen, avisar a los amigos....y 5 minutos más, de vuelta al trabajo: simular que me encontraba en alguna celebración masiva, rodeado de letreros, champañas y un carro lanzagases expectante. Todo en vivo para la misma radio que crecí escuchando. Colgué y de inmediato: Fashback/20 años atrás, mi abuela tarareando alguna melodía en la cocina...mientras yo la oía a lo lejos, sentado apenas en el sofá grande de la casa... Ella, entre las ollas y el aceite crepitando... Sergio Campos, embuido en el sonido de tambores histéricos: "El Diario de Cooperativa está llamando...", hablaba de desaparecidos, de baleados, de cadáveres, de los opositores, de sangre que corría a raudales... Mi abuela algo intentaba explicarme, mientras suspiraba, como en un diálogo consigo misma, por atrocidades que yo no entendía. Incomprensibles, como el hecho de tener un Presidente vestido de militar.... "¿Por qué, abuelita?": "porque este señor no fue elegido como otros presidentes, él es un general del Ejército, que traicionó al anterior presidente, que murió dentro de La Moneda en llamas". Códigos y más códigos, secretismos, una estética marcial y chilenizada hasta el paroxismo en todo, un Mandatario que hablaba golpeado y con el ceño fruncido, siempre peinado y amedrentador..."Aquí no se mueve ni una hoja sin que yo lo sepa".
Todas esas pequeñas fotografías, compuestas por borrosas imágenes, sonidos viejos, olor a goma quemada del Metro antiguo, a poleritas planchadas, a pelota de plástico, a mi aromo favorito....donde me colgaba como el Hombre Araña. Imágenes del Papa Juan Pablo II (del que estuve a escasos metros y se me manifestó como un santo radiante, en mi óptica infantil), el Challenger que se hacía pedazos mientras mi madre lloraba, el terremoto del 85, las navidades siempre mágicas, complicidad con mis hermanas, las manos grandes de mi padre... y siempre al fondo, Pinochet... el Presidente que parecía ser eterno y tan terrible. El líder castigador al que todos temían y referían de reojo y con la cara gacha, el de voz nasal y profunda... Hoy muere y con él regresan de lejos los recuerdos.. como en un remolino de vivencias que parece alejarse para siempre.
Eso es para mí Pinochet, más allá de la profunda aversión que siento por su figura, su régimen y sus horribles masacres, el ex dictador es un personaje clave que define, probablemente, la retórica de sometimiento y minimización con la que tuve que crecer y lidiar desde niño. Me recuerda a los chilenos de entonces que hablaban más agudo y se ruborizaban al referirse sobre sexo o política, la educación positivista de estímulo-respuesta y profesores golpeadores, las bombas lacrimógenas y sus remedios caseros (sal y más sal)..... y la imagen del extraño general-presidente-metálico-parecido a Darth Vader, que no parecía salir nunca de su personaje, al menos, no desde los bordes de mi mundo de niño ingenuo, ajeno a todo lo que ocurría fuera de mi burbuja de aterciopelada infancia.
Derrumbe de la calma, hambre periodística, exaltación de mi sangre opositora al régimen, avisar a los amigos....y 5 minutos más, de vuelta al trabajo: simular que me encontraba en alguna celebración masiva, rodeado de letreros, champañas y un carro lanzagases expectante. Todo en vivo para la misma radio que crecí escuchando. Colgué y de inmediato: Fashback/20 años atrás, mi abuela tarareando alguna melodía en la cocina...mientras yo la oía a lo lejos, sentado apenas en el sofá grande de la casa... Ella, entre las ollas y el aceite crepitando... Sergio Campos, embuido en el sonido de tambores histéricos: "El Diario de Cooperativa está llamando...", hablaba de desaparecidos, de baleados, de cadáveres, de los opositores, de sangre que corría a raudales... Mi abuela algo intentaba explicarme, mientras suspiraba, como en un diálogo consigo misma, por atrocidades que yo no entendía. Incomprensibles, como el hecho de tener un Presidente vestido de militar.... "¿Por qué, abuelita?": "porque este señor no fue elegido como otros presidentes, él es un general del Ejército, que traicionó al anterior presidente, que murió dentro de La Moneda en llamas". Códigos y más códigos, secretismos, una estética marcial y chilenizada hasta el paroxismo en todo, un Mandatario que hablaba golpeado y con el ceño fruncido, siempre peinado y amedrentador..."Aquí no se mueve ni una hoja sin que yo lo sepa".
Todas esas pequeñas fotografías, compuestas por borrosas imágenes, sonidos viejos, olor a goma quemada del Metro antiguo, a poleritas planchadas, a pelota de plástico, a mi aromo favorito....donde me colgaba como el Hombre Araña. Imágenes del Papa Juan Pablo II (del que estuve a escasos metros y se me manifestó como un santo radiante, en mi óptica infantil), el Challenger que se hacía pedazos mientras mi madre lloraba, el terremoto del 85, las navidades siempre mágicas, complicidad con mis hermanas, las manos grandes de mi padre... y siempre al fondo, Pinochet... el Presidente que parecía ser eterno y tan terrible. El líder castigador al que todos temían y referían de reojo y con la cara gacha, el de voz nasal y profunda... Hoy muere y con él regresan de lejos los recuerdos.. como en un remolino de vivencias que parece alejarse para siempre.
Eso es para mí Pinochet, más allá de la profunda aversión que siento por su figura, su régimen y sus horribles masacres, el ex dictador es un personaje clave que define, probablemente, la retórica de sometimiento y minimización con la que tuve que crecer y lidiar desde niño. Me recuerda a los chilenos de entonces que hablaban más agudo y se ruborizaban al referirse sobre sexo o política, la educación positivista de estímulo-respuesta y profesores golpeadores, las bombas lacrimógenas y sus remedios caseros (sal y más sal)..... y la imagen del extraño general-presidente-metálico-parecido a Darth Vader, que no parecía salir nunca de su personaje, al menos, no desde los bordes de mi mundo de niño ingenuo, ajeno a todo lo que ocurría fuera de mi burbuja de aterciopelada infancia.
8 Comentarios:
Genial esta descripción de tus impresiones sobre Pin8. Comparto muchas y debo agregar algunas, tristes por cierto, del paso feroz de una dictadura por la vida de un niño. Lástima que el viejo te embarró el fin de semana de arena, playa y sol.
Saludos
CV
Nada se ha terminado. La memoria social es dilapidante. Pinochet ha fallecido pero no el pinochetismo, como lo especificara ayer un abogado DDHH. Independiente de la discursividad política, la muerte siempre es creadora de memorias infinitas, especialmente cuando lo maquiavélico es el motor de los crecimientos sociales y económicos. Tengo pena, Manuel. Reconciliaciones y perdón son utopías en un Chile aún desgarrado.
Franco
creo que tengo sentimientos frente al hecho similares a los tuyos. Nací en dictadura y todo ese mundo que existía (y que espero que nunca más vuelva) marca, marca profundo aunque uno lo esconda. Vuelve a reflotar estos dias.
¿antes la gente hablaba mas agudo?
saludos ¡¡
escribes muy bien Manuel.
Me ha gustado verificar, como la humanidad florece en estas páginas y se va volviendo de plástico en la prensa esrita y la tv.
el fascismo es too much en las comunicaciones.
Que buena reconstrucción de tus recuerdos de niño Manuel!y de mostrar con ellos la forma en que construíste y significaste la época de la dictadura ...sin embargo, creo que pese a los años que nos separan de aquella época las cosas no han cambiado mucho: dentro de las aulas aún hay golpeadores, quizá ya no solo profesores sino tb alumnos;la educación de calidad considero aún está en el papel; Cada vez que se quiere expresar en un manifestación pública el desorden es tal que acaba en una expresión de bandalismo desenfrenado.
Presidente demócrata? ¿Crees que fué Lagos un verdadero presidente demócrata? a mí juicio desde su postura corporal, su tono de voz y su liderazgo son muy semejantes a un dictador con la diferencia que gobernó bajo "democracia". Y quizá nuestra sociedad se acostumbró a tal forma de gobierno desde ahí que la actual presidenta parece a los ojos de muchos débil.
Al parecer tenemos diferencias al mirar el Chile del que ambos somos parte ...mi visión es un tanto pesimista.Creo k poco se ha avanzado pues la mirada muchas veces está puesta en la venganza, en el odio y la palabra reconciliación es solo eso "palabra" parte de un discurso vacio.
Me llama la atención que tu y yo tengamos la misma edad, también recuerdo perfectamente el terremoto de 1985, ojalá sea el único que nos toque vivir mira que no me gustan para nada los temblores.
A él obviamente lo recuerdo, pero no de la forma como lo mencionas, tuve un infancia más bien sola y enajenada de la realidad que me rodeaba, eso hasta que crecí y comenzé a tomar conciencia sobre lo que ocurría.
Lo de la radio Cooperativa me es familiar.
Sal-udo.
Toda mi infancia transcurrió bajo el régimen militar y la verdad es que fue bastante normal. Mentiría si digo que viví bajo un ambiente de miedo o de falta de libertad... Claro que ni en mi familia ni en mis cercanos hubo casos de presos políticos o exiliados.
Recién del 85 en adelante uno empezó a tener más conciencia de lo que pasaba.
Ojalá se saquen lecciones de lo que ocurrió, aunque algunas declaraciones de los últimos días, hechas por ambos lados, hace pensar que todavía hay personas que viven viendo un enemigo, en quien piensa distinto.
Saludos!
Què potentes tus líneas... Cómo, desde tu posición de ayer remiras al niño que no entendía mucho, y cuyas figuras relevantes iban permeando esa contingencia, con el Tirano que parecía eterno en el poder como dices...
Mis recuerdos sonoros tb se vinculan a la Radio Cooperativa... especialmente en mis viajes al colegio, con la hora constante...cooooooperativa! cinco para las ocho, CINCO PARA LAS OCHO!
Ver ahora a Pinochet en el ataúd, para nuestra generación es, por decir lo menos, una experiencia muy fuerte. El "presidente", teniendo como primer gran concepto a un general en dicho cargo, vestido de horrible gris, que hasta hoy odio... La muerte y el terror omnipresentes en lo cotidiano... Què muere para nosotros junto con Pinochet??? qué es exactamente lo que se marcha, junto con sus restos cremados?
Pregunta sin respuesta.. sin proceso
Besos miles
Violeta
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