lunes, enero 16, 2006

Y las encuestas tenían razón....


Un liderazgo con tacos pisoteará, desde marzo, la tradición androcéntrica que había impuesto el sillón de O'higgins por 46 presidencias, desde el prócer hasta Ricardo Lagos. Ayer, 15 de enero, por primera vez se rompe el círculo en un reconocimiento frontal de los cambios socioculturales que ha experimentado la sociedad chilena: se ha elegido a Michelle Bachelet Jeria, una médica socialista, agnóstica y separada, sin un perfil político tradicional, como Presidenta de Chile. Un cambio notorio que deja para siempre sepultados los últimos resabios de la tiranía dictatorial de Augusto Pinochet Ugarte.
Michelle Bachelet es síntoma y efecto, a la vez, de las nuevas reinvindicaciones que la ciudadanía está exigiendo a su clase política: personas dedicadas a la vida pública con un perfil más acogedor que uno impostivo, con un liderazgo dialogante más que horizontal, con un estilo más cercano y empático, que uno de orden paternalista.
Con Michelle en el poder, a mi juicio, se podrán emprender algunos desafíos que la Concertación no había tenido la voluntad política (ni la correlatividad parlamentaria) de asumir, como, por ejemplo, el tema de la igualdad. Las políticas públicas se orientarán a dar equilibrio a un capitalismo despiadado, que tiene a la clase media en un estado de miedo paralizante frente a la mordaza derechista de empresarios y medios de comunicación que asustan con campañas de terror permanentes: la clase media y los postergados tienen miedo de enfermarse, de tener hijos, de ser despedidos, de opinar... todo huele a castigo, a un desfinanciamiento sin retorno del bolsillo frágil. Con Michelle eso debería cambiar.Ésa es la apuesta de los ciudadanos y el desafío del conglomerado oficialista por representar al pueblo. A partir de semejante presión, los efectos deberán ser evidentes.
Viva Michelle!! Viva el pueblo! Al fin la política retorna a las manos ciudadanas y los votantes recuperamos nuestra condición soberana....