Tía Sonia
De mi Tía Sonia tengo tantos recuerdos como historias. Pienso en su voz, en su delantal de enfermera siempre blanco, en su marcado temperamento y de pronto todo retrocede 15, 20 años atrás y la veo llevándome de la mano a la playa de Caleta Abarca. La repito comprándome lápices, camisas, helados.. o dándome secretas y cómplices monedas cuando me despedía de ella en la puerta los domingos.
A medida de que los años avanzaron su presencia se fue delineando aún más. Recuerdo que cuando mi mamá se fue ella se convirtió en una madre desde lejos y cerca. Disciplinó algunos de mis pasos adolescentes, sus visitas aumentaron la frecuencia y, al tiempo, comencé a beber de su carácter, su forma de ver la vida, su determinación. Me enorgullecía llevar su lunar en la nariz y admiraba su valentía frente al dolor físico. Quizá lo mismo transmitió en las inyecciones y vacunas que inoculó muchísimas veces en los brazos de toda la familia.
A medida de que los años avanzaron su presencia se fue delineando aún más. Recuerdo que cuando mi mamá se fue ella se convirtió en una madre desde lejos y cerca. Disciplinó algunos de mis pasos adolescentes, sus visitas aumentaron la frecuencia y, al tiempo, comencé a beber de su carácter, su forma de ver la vida, su determinación. Me enorgullecía llevar su lunar en la nariz y admiraba su valentía frente al dolor físico. Quizá lo mismo transmitió en las inyecciones y vacunas que inoculó muchísimas veces en los brazos de toda la familia.
Luego, al partir mi padre, revivo la imagen de mi Tía Sonia destruyéndose en desesperación por apenas un minuto, para luego respirar muy hondo y asumir las determinaciones. Su frialdad de enfermera actuó en un parpadeo: rápidamente lo dispuso todo con el único propósito de que el dolor fuese lo más leve posible para los tres hermanos que lo perdían todo. Desde entonces, su maternidad fue absoluta.
Mi Tía Sonia es tal vez la única persona que me expresó orgullo por alguno de mis logros. Fue la única que estuvo pendiente de las noticias de su sobrino en la radio. Fue la que secretamente supervisaba mi crecimiento. La que me contuvo en los mayores dolores y la que me enseñó a no llorar "por fuera".
Este viernes mi Tía partió silenciosamente. Tal como siempre dibujó su vida, lo hizo casi en secreto a sólo horas de ser dada de alta. Se fue con la historia de la familia en los ojos. Nos dejó con sus misterios y el dolor abierto. Sin embargo, paradójicamente, su partida me reveló algo que sólo ahora alcanzo a comprender: este viernes no perdí a la tía de siempre, sino despedí a una verdadera madre, a la engendradora, la que siempre me refugio en su calor y en su disimulo. Sin muchas palabras ni caricias, fue la que me dio un espejo y una brújula, la que me dio calor cuando hizo más frío. Fue ella, con sus ojos y su sonrisa discreta, la que me hizo sentir seguro para crecer.
Mi Tía Sonia es tal vez la única persona que me expresó orgullo por alguno de mis logros. Fue la única que estuvo pendiente de las noticias de su sobrino en la radio. Fue la que secretamente supervisaba mi crecimiento. La que me contuvo en los mayores dolores y la que me enseñó a no llorar "por fuera".
Este viernes mi Tía partió silenciosamente. Tal como siempre dibujó su vida, lo hizo casi en secreto a sólo horas de ser dada de alta. Se fue con la historia de la familia en los ojos. Nos dejó con sus misterios y el dolor abierto. Sin embargo, paradójicamente, su partida me reveló algo que sólo ahora alcanzo a comprender: este viernes no perdí a la tía de siempre, sino despedí a una verdadera madre, a la engendradora, la que siempre me refugio en su calor y en su disimulo. Sin muchas palabras ni caricias, fue la que me dio un espejo y una brújula, la que me dio calor cuando hizo más frío. Fue ella, con sus ojos y su sonrisa discreta, la que me hizo sentir seguro para crecer.
7 Comentarios:
Que lindas palabras Manuel, y más que palabras, sentimientos. En estos tiempos tan agitados es bueno contar con alguien que te apoye, un beso para tu tía, que de seguro te sigue observando :)
Supongo tendría las mismas palabras de homenaje para una tía a la cual quiero muchísimo y también es una segunda madre para mi de llegar ella a partir; ni siquiera me he puesto en el caso de que eso llegue a suceder, de seguro será el día más triste de mi vida.
Bueno amigo, espero que estés muy bien y que tengas en tu corazón el consuelo de que ella fue parte de tu vida, de que su misión en la tierra se dio por saldada y que por ello pudo partir en paz.
Un abrazo muy grande.
Sal-udo.
Qué decir... hermoso homenaje. Sin duda, dejó sus mejores gestos en ti.
Un abrazo, Manu.-
hermosas palabras.
me alegro que puedas sentir en este momento.
lo que es yo, estoy que me corto un nervio.
aaargh..
cuidate manu
es un tierno homenaje que tus palabras dibujan y que deja la huella de una persona inolvidable y a jamàs querida.
un dulce pensamiento y un abrazo en este momento de tristeza y dolor.
pucha.... caché tarde tu post.... pa variar!!! te quiero amigo!!!!!
clau
la partida de nuestros seres queridos es siempre un momento intensamente triste, dónde uno se pierde también.
la fuerza de tu tía Sonia estará contigo a jamás, y ella vivirá en tu corazón por siempre.
bello homenaje.
un abrazo.
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