Quiero podar mi jardín de espinas simbólicas
Edward Scissorhands (El Joven manos de tijera) es una de esas películas que marcó mi vida por muchas razones que sería laaargo contar. Ayer la revisité (siempre me pasa que haciendo zapping la atrapo y no la suelto... debe tener algo de adictivo) y me reencontré con ese mundo tan propio de Tim Burton. Mediante este relato nos cuenta la historia de un autómata que no alcanzó a ser terminado por su genio inventor (Vincent Price), quien murió cuando tenía listas sus manos, la pieza final. Desde ahí, en medio de la tristeza por la muerte de su mentor, Edward queda enclaustrado en los altos de un castillo hasta que es encontrado por Kim (Winona Ryder) quien lo lleva hasta su mundo de colores pasteles, donde Edward pasa a ser una extraña novedad. Ahí se dedica a podar árboles y a servir de peluquero del pueblo de maqueta que ilustra Burton, como una ironía al american way of life... No les cuento más para no fustrar a quienes no la han visto.Lo que adoro de esta película es el retrato de la inocencia, mutada en el adiestramiento de las relaciones humanas ironizadas en la exageración.
Me encantan los sarcasmos de Burton, los contrastes verdaderamente "románticos" en el sentido artístico del término y por su puesto su estética tan particular.*******