Los primeros 100 días... o la crónica de un cambio cultural no asimilado
Ahora estoy seguro. A los chilenos les gusta más el "garrote" que la "zanahoria". Adhieriendo a esa antigua teoría política que ofrece dos derroteros en los estilos de liderazgo, sin duda, los genes de una generación crecida trémulamente bajo el pinochetismo aún no dejan salir la voz.
La mejor comprobación ha sido la percepción pública de los primeros días del gobierno de Michelle Bachelet. Un estilo que dialoga, que conforma consejos asesores para estudiar diversas materias de inmediato es percibido como "falto de liderazgo". Claro está. Alguien, basándose en las concepciones políticas más arcaicamente liberales, podría decir que una mandataria es elegida para tomar las decisiones soberanas de una masa que no puede gobernarse sola, pero, ¿es ésa la expresión más diáfana del poder? A mi juicio, no.
En mi opinión, los nuevos liderazgos, esos que "la llevan" en las sociedades que han podido dejar un poco más atrás los problemas endémicos de nuestro país, son las que supieron involucrar a la ciudadanía en la construcción de una agenda de gobierno. Por una parte, es una decisión inteligente para un líder que no quiere quemarse en los momentos de inculpación. Por otra, permite palpar el nervio mismo de lo que las personas realmente quieren... o en la lógica de consumo político que tan bien describirían autores como García Canclini, un buen márketing político es el que escucha al consumidor-ciudadano. Michelle lo ha hecho y creo que que, en el mediano plazo, su giro cambiará de percepción. Recordemos que el anterior gobierno de Lagos se parecía -demasiado, para mi gusto- en lo retórico al dictador. Ese aboslutismo transmutado en el habla golpeada y en la autorreferencia, sin duda, gustó a quienes idealizan al portador de la banda presidencial, y lo ven como el rey perdido de un terruño con pretensiones palaciegas.
Volviendo a los 100 días. Hay que echar mano a la honestidad. Sin duda, la crisis estudiantil no fue bien resuelta ni manejada. Fue un craso error excluirla del discurso del 21 de mayo. También lo han sido los dichos de algunos ministros (Vivianne Blanlot) o el nuevo atraso que entierra a TranSantiago (una lástima).. pero en el rodaje los errores, traspiés u "oportunidades" (en el hablar políticamente correcto) son previsibles. De ellos Bachelet debería aprender para caminar con más soltura en su posta hacia el 2009.
La mejor comprobación ha sido la percepción pública de los primeros días del gobierno de Michelle Bachelet. Un estilo que dialoga, que conforma consejos asesores para estudiar diversas materias de inmediato es percibido como "falto de liderazgo". Claro está. Alguien, basándose en las concepciones políticas más arcaicamente liberales, podría decir que una mandataria es elegida para tomar las decisiones soberanas de una masa que no puede gobernarse sola, pero, ¿es ésa la expresión más diáfana del poder? A mi juicio, no.
En mi opinión, los nuevos liderazgos, esos que "la llevan" en las sociedades que han podido dejar un poco más atrás los problemas endémicos de nuestro país, son las que supieron involucrar a la ciudadanía en la construcción de una agenda de gobierno. Por una parte, es una decisión inteligente para un líder que no quiere quemarse en los momentos de inculpación. Por otra, permite palpar el nervio mismo de lo que las personas realmente quieren... o en la lógica de consumo político que tan bien describirían autores como García Canclini, un buen márketing político es el que escucha al consumidor-ciudadano. Michelle lo ha hecho y creo que que, en el mediano plazo, su giro cambiará de percepción. Recordemos que el anterior gobierno de Lagos se parecía -demasiado, para mi gusto- en lo retórico al dictador. Ese aboslutismo transmutado en el habla golpeada y en la autorreferencia, sin duda, gustó a quienes idealizan al portador de la banda presidencial, y lo ven como el rey perdido de un terruño con pretensiones palaciegas.
Volviendo a los 100 días. Hay que echar mano a la honestidad. Sin duda, la crisis estudiantil no fue bien resuelta ni manejada. Fue un craso error excluirla del discurso del 21 de mayo. También lo han sido los dichos de algunos ministros (Vivianne Blanlot) o el nuevo atraso que entierra a TranSantiago (una lástima).. pero en el rodaje los errores, traspiés u "oportunidades" (en el hablar políticamente correcto) son previsibles. De ellos Bachelet debería aprender para caminar con más soltura en su posta hacia el 2009.
3 Comentarios:
me gusta como escribes, tienes estilo pequeño, auqnue me conocía el discurso de este artículo, no se si lo soñé o se me había ocurrido primero...
jajaja
Lo escribí antes.. creo en las coincidencias! Ese día sonreí por los caminos torcidos.
Looks nice! Awesome content. Good job guys.
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