
Después de mi retorno a Valparaíso y sus eternos misterios, fui en búsqueda de los detalles, que más allá de los ascensores, el puerto o los cerros definen a este puerto muchas veces surreal y misterioso. En compañía de dos amigos de La Serena, que miran la ciudad con ojos más frescos e inocentes, enfilamos pasos y miradas por cerros, escaleras, curvas, calles, adoquines, troles, ascensores, miradores y rincones. Entre otras cosas, encontramos la galería de arte más pequeña de Chile, telarañas eléctricas, una tienda con sillas de peluquería, un ascensor de rieles chuecos, una vitrina repleta de muñecas tétricas, una casa con la bicicleta en el aire. Y eso no es todo... pasen a ver:
>> Ubicada en la plaza Aníbal Pinto, esta galería se declara a sí misma "la más pequeña del país". Tal vez sea cierto. No mide más de 1 metro cuadrado y de vez en cuando sorprende a los viandantes con microexposiciones que masacran o adormecen retinas <<

>> Una bicicleta colgada en el segundo piso de esta casa de calle Almirante Montt. Probablemente la dejó en suspenso un acróbata abducido o quizá siempre estuvo allí, contemplando la plastificación del cerro Alegre <<

>> En el Bar la Playa dicen que dan la bienvenida, pero parece como que advirtieran que adentro hay algo aún más macabro que sus gestos y vestidos, perfectamente sacados de una película de Hitchcock <<

>> Cuenta la leyenda que un insatisfecho por la justicia, mandó a crear a la señora no-justicia, ubicada justo en el frontis de la Corte de Apelaciones de Valparaíso. En sus manos, la balanza no está en pie, no es ciega, sorda ni muda y su mano derecha en jarras denota que tiene una posición... Lo extraño es que señora No-justicia pareció ser oficializada en la estética del palacio, pese a que todos los días apunte su sardónica lengua hacia él <<

>> Telaraña de troles que se tejen en los cielos de todo Valparaíso. Desde niño me parecía un misterio la forma en que los carritos eléctricos doblaban. Me preguntaba cómo no se enredaban las antenas y cables.. pero un técnico de la empresa, en algún reporteo me sacó de la duda. Ésta es la única "contaminación aérea" que no me molesta en absoluto <<

>> El ascensor Concepción, el más antiguo de Valparaíso y el primero que se declaró en rebeldía al subir su tarifa desde 200 a 500 pesos, tiene un enrielado que dista de lo recto. En estricto rigor, el elevador sube en curvas hasta el cerro más visitado de la ciudad <<
>> Y siguiendo con el ascensor Concepción, mención aparte merece su torniqute, una joya inaugurada con el elevador en el siglo XIX. Aún funciona y sigue girando <<

>> ¿Pintados o reales? al fondo de un estrecho pasaje perpendicular a la calle Almirante Montt, dos hombres confunden y sorprenden, pero ellos -inmutables- sólo ven la vida pasar <<