sábado, junio 16, 2007

De regreso al hijo

La próxima semana llega a Chile mi madre. Después de 3 años sin verla, vuelvo a ser hijo. Cosa extraña. Es uno de los personajes que ya no habitúo ser. No sé, por ejemplo, cómo conducir relaciones de "respeto reverencial" hacia los progenitores, si tutearlos o no, o verlos como ejemplo de algo. Un objetivo o un eterno recordatorio de las semejanzas y cuánto he podido despegarme de los dictámenes genéticos para encontrar mi propia voz.

En el caso de mi mamá, la relación telefónica y epistolar que tenemos es más bien horizontalmente amistosa. Me cuenta sus dramas, sus triunfos y derrotas, sus teleseries personales. Yo la escucho, quizá me atrevo a darle un consejo... tal como lo haría con una amiga. Eso sí, no soy yo el que cuenta demasiado. No sé por qué, en qué calidad o bajo qué clase de incertidumbres.



Mi mamá vive hace casi 20 años en Suecia. Luego de la separación de mi papá, optó por partir a vivir el destino que nunca imaginó, la juventud que no tuvo, las diversiones que clausuró por las tareas socialmente correctas de madre. De hecho, hoy por hoy, a sus 59 años, la siento otros 59 más joven que los tenues recuerdos que tengo de ella a través de mis ojos de niño: cuando fabricaba tortas, ropas, historias, personajes adaptados para entretenernos. Cuando veía teleseries y tejía aspiraciones en la cabeza y bufandas en las manos. Cuando me llevaba tomado de los dedos a comprar o a torturarme con sus eternos vitrineos. Cuando amanecía y ella seguía ahí bordando, cosiendo, fregando. Era una dueña de casa arquetípica, pero quizás feliz..aunque no resignada a levantar la mirada y atravesar la ventana.

Creo que siempre cohabitó con ella la eterna pregunta del "¿y esto es la vida?". Hasta que un día decidió colgar los atuendos y partir lejos a probar un destino construido a mano y declarar su independencia. Y aunque alguna vez haya recriminado su ausencia en hitos fotográficamente importantes y me haya sentido de pronto retoño de mí mismo, siento orgullo por su osadía al romper los moldes y lanzarse a vivir como hija de sus propias determinaciones.

9 Comentarios:

A la/s 4:11 p. m., Blogger Gabo Aldana dijo...

mira... quizas ese el ejemplo que tomaste para pensar que a veces hay que buscar nuevos horizntes para ser feliz. como te decía, yo no lo creo, la felicidad la lleva uno dentro.
en todo caso, puede ser que a veces uno necesite cambiar de entorno para poder frutecer (palabra inventada por un viejo amigo)
quizas por eso tb me gusta ,ucho viajar, pero solo de paso, para volver renovado siempre a mi casa.

abrazo

 
A la/s 11:18 p. m., Anonymous Anónimo dijo...

Ésa es la historia... Y suena linda con la distancia que el tiempo otorga...

Quedan menos de dos semanas para contar con la presencia de nuestra madre, algo extraña a nuestras vidas, y es cierto, por un mes volvemos a ser hijos, un rol que ya es algo raro para nosotros a estas alturas...

Hay que aprovechar este regalo que se nos otorga por un corto tiempo... Estoy contenta...

Un abrazo...

Te quiero mucho.

Lorena

(tal vez considere tu insistencia de hacerme un blog... Por el momento soy una externa)

 
A la/s 4:22 a. m., Anonymous Anónimo dijo...

¿Y por qué tutearlos, y por qué no? Prefiero un “oye madre” que queda en el limbo; es la cercanía y la distancia perfecta. Si vives con ellos, quieres tenerlos lejos, y viceversa.
Al final, uno va herrando su propia horizontalidad con sus progenitores. Ellos hicieron lo mismo con sus padres, nuestros abuelos, y el azar los hizo nuestros criadores.
Pero la naturaleza no los llamó a ser nuestros mentores, sino sólo guardianes hasta que alcanzamos la independencia. En punto está en discutir cuándo alcanzamos la independencia.
Y si no vives con tu madre hace 20 años, entonces hace cuatro lustros que eres independiente.

 
A la/s 3:06 p. m., Blogger Violeta z dijo...

Y esto es la vida? Tantas veces me he preguntado aquello, cada día, cada dos horas... pero en ese cuestionamiento, la única certeza, es mi hijo, y sé que para tu madre ustedes tres tb lo han sido... Qué bien que puedas disfrutarla... y en el andar, construir esas cosas que te hacen falta...

Besos

Te quiero un kilo

Violeta

 
A la/s 6:45 p. m., Blogger smokedeyes dijo...

Me encanta ese cuadro de Klimt, de hecho me siento representada.....

me encanta tu madre..... ese arrojo para escapar y tomar el timón de su vida con todos los costos que ello implica: sobretodo el tema de los niños, creo que jamás tendré ese valor.

 
A la/s 8:28 a. m., Blogger smokedeyes dijo...

Puchis, mi niño no fue tu culpa... por favor..... sólo fue un detonante absurdo de otra cosa, sorry si te hice sentir mal sobretodo considerando que en la noche fui yo la que atrasé

Es más bien esa sensación como dice Cerati... "me ví llegando tarde, tarde a todo.....el vacío es un lugar normal"
Ella usó mi cabeza como un revólver....

 
A la/s 10:50 a. m., Anonymous Anónimo dijo...

Guaaaauuuu, te han pasado cosas últimamente verdad?

Me siento feliz por ti, creo que este encuentro te hará bien, a veces es muy bueno ser hijo, espero q disfrutes la visita y que ambos aprovechen esta oportunidad.

Te quiero amigo.

 
A la/s 12:45 p. m., Blogger eduardo dijo...

"En fin, en fin, tras tanto andar muriendo, tras tanto variar vida y destino... tras tanto de uno, en otro desatino, pensar todo atrapar... nada cogiendo"

Estos versos de Fco. de Aldana, son para ti, para tu madre y para todos. Sólo uno que queda es el amor.

 
A la/s 10:11 p. m., Blogger Vestal dijo...

Que lindo escribes sobre tu madre, que lindo eso de volver a ser hijo.
que linda debe ser tu madre, con una fuerza femenina increible para reinventarse la vida propia...
Que disfrute mucho sus proximos dias de hijo....
un abrazo

 

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