miércoles, septiembre 12, 2007

De guardabarreras y demases...


No son pocas las veces en que los periodistas nos cuestionamos si vale la pena soportar algunas humillaciones que se nos imponen a diario. Nos preguntamos en qué ramo de los cinco años de carrera nos enseñaron a olvidarnos de las mínimas resistencias o dónde y cómo se nos intruyó para tener tantas e infinitas guarniciones de paciencia y sangre fría.

Es frecuente que los reporteros (digo, los que "hacemos calle" y aplanamos la ciudad en busca de noticias) debamos bancarnos situaciones bochornosas. Por ejemplo, en las protestas somos el blanco fijo de los inclementes guanacos y carros lanzagases. En funerales, remates de locales comerciales, formalizaciones, juicios y traumas de la especie debemos soportar casi estoicamente las ofensas y gritos de personas sumidas en una situación dolorsa.... y que, de la nada, nos usan como chivos expiatorios de sus frustraciones y disgustos ("Todo es culpa de ustedes", "por qué vienen a usar nuestro dolor", "ahora vienen y jamás se preocuparon antes...", y un largo etcétera...), como sucedió cuando los "tan amables" pinochetistas me cubrieron de piedras, barros y monedas de 10 pesos por haber dicho la palabra "dictador" en un despacho en vivo. Resitir y callar. Todo por un afán ético que nos imulsa a practicar la empatía y, por tanto, no debernos a otra alternativa que "entenderlos" (¿y a nosotros quién nos comprende?).


Ayer viví uno de esos agrios episodios. A petición de mi editor debí cubrir en la Comisión especial de libertad de expresión y medios de comunicación, la discusión en torno a la fusión del Gurpo Prisa e Iberoamerican Radio y sus alcances en la concentración radial y la pluralidad medial. Paradójicamente, pensé que una comisión de este tipo y temática sería abierta a la prensa. Cuando golpeo la puerta y entro en la alsa, de súbito y gratuitamente una secretaria (que más parecía una especie de senadora frustrada) comienza a gritarme de todo, desde mal educado, impertinente y desinformado, en un tono de superioridad bastante desagradable. Me pidió el nombre, el medio al que represento, llamó al encargado de prensa de la Cámara y le dijo textualmente que yo había intentado "entrar a la fuerza y de forma intempestiva a una sesión privada". Todo mientras me empujaba hacia afuera como si se tratara de un "violentista" o quién sabe qué personaje.

Hasta ahí llegó mi paciencia. Qué no le dije a la -a estas alturas la compadezco- pobre mujer. Espero que la carta que escribí al presidente de la Cámara sirva para que aprenda algunos modales de mínima decencia. De todas formas, nada logró quitarme el mal rato. Sentado afuera mientras esperaba mis cuñas, me quedé pensando "¿vale la pena todo esto? ¿tener que pasar por humillaciones de este tipo me hace más profesional? ¿poner en juego mis nervios, mi estabilidad emocional equivale al placer por una noticia más?" (y, además, tener que toparme tanto con las mentadas secretarias y guardabarreras que se autocreen y practican un micropoder abusivo).



Desde un mal rato que puede parecerles pequeño no he dejado de divagar en torno a los motivos que me llevaron a estudiar una profesión que, por férrea convicción vocacional, pensé que servía de voz para la ciudadanía... y sin embargo, en la práctica, me he encontrado con que es la mayor generadora de miedos del sistema. La testigo secreta (y -a veces- complaciente) de los claroscuros del poder, de los tramajes tristes con que se engatusa a la ciudadanía. La portavoz de las negociaciones entre tantos e ilimitados intereses en los cuales los políticos son piezas de ajedrez.

No obstante, debajo de toda la hojarasca, el periodismo sigue siendo para mí la herramienta con que se puede (aún creo!) crear ciudadanía, participación y justicia. Puede sonar idealista en extremo, pero pese a tantos malos tragos, qué bien se siente contribuir a sacarle brillo a la democracia, ese bien que tanto logró recuperar en un país socialmente destinado a la subordinación. Qué placentero es intencionar cambios culturales para una ciudadanía entrampada en las anquilosadas lógicas del poder religioso, militar y económico de este confuso fundo (con patrones caracterizados como tales... y otros tantos que les imitan) llamado Chile.

8 Comentarios:

A la/s 11:08 a. m., Anonymous Anónimo dijo...

Esos malos ratos vienen con la profesión. El problema es que generalmente uno los pasa en aquellos temas de poca monta, que no responden mucho a las inquietudes que tú mismo confiesas en este post. Recuerdo un par de funerales como el trago más amargo que tuve que reportear...recuerdo una entrega de cuerpos en la morgue...ufff, mejor olvidarlo.En tiempos donde el sarcasmo lo cubre casi todo, me gusta leerte una declaración de principios tan idealista. Ayuda a recorar algunas de las razones por las cuales abrir el diario/radio/televisión/web todos los días.
Saludos
CV

 
A la/s 2:55 p. m., Blogger Rodrigo Zavala dijo...

Manuel, zorro, amigo, colega:

Tengo hartas cosas para comentar; espero contar con el tiempo y el espacio suficiente para que nada quede excluido:

Primero, tres hurras por el exquisito modo que tienes de escribir y de plantear los hechos de modo claro, conciso, ameno y visceral.

Comprendo lo que comentas (a pesar de que nunca lo he vivido tan en carne propia), pero al leerte reafirmo una sensación que he tenido siempre: ¿por qué los periodistas nos sentimos parte de una clase especial? Siempre estamos denunciando los atropellos que se cometen contra nosotros en el ejercicio de la profesión, y asumimos que merecemos consideración especial. No desconozco la labor que cumplimos, pero a veces siento que ´se abusa´ del ´poder´ que dicen que tenemos. Así como hay colegas que son humillados o pasados a llevar, existe una amplia gama de profesionales cuyas voces también son acalladas y sus derechos vulnerados a vista y paciencia de todos.

No sé si me explico bien. Lo que quiero decir es que siempre se dice "Carabineros golpeó a periodista..." o "la Prensa no pudo trabajar...". ¿Y qué tenemos nosotros de especial? ¿Qué nos diferencia de un contador auditor (por ejemplo) que también fue agredido en alguna manifestación? Eso es lo que me supera: el trato especial y lo privilegiados que nos creemos porque tenemos un poco más de tribuna.

Lo anterior, no obstante, no significa que aplauda los atropellos y demases. El respeto y la ´decencia´ son valores transversales y por supuesto que me siento mal cuando ocurren hechos como los que cuentas. Además de la impotencia del momento, es claro que existe una molestia contra los poderes fácticos y aquellos que ´no siendo nadie´ imponen reglas que coartan el ejercicio libre de toca actividad humana... entre la que se encuentra, claro, trabajar reporteando ´en la calle´.

Saludos cordiales,

rOd.

 
A la/s 5:23 p. m., Blogger Udo dijo...

Como no sentirme identificado con tus palabras. En cierta forma estoy estudiando para las mismas ingratitudes de una profesión que a veces parece desencantar. También yo, en el corto período que llevo de carrera me he encontrado con el tipo de gente que describes.
Eres un excelente profesional, te tengo como mi mayor referente.
Un abrazo muy grande.
Sal-udo.

 
A la/s 12:52 p. m., Blogger Violeta z dijo...

Varias paradojas en este caso. En una de las supuestas sedes de la democracia, como el Congreso, hay abuso de poder, y en la comisión por la libertad de expresión se restringe el derecho a la información. Con tantos mantos de negaciones que nos imponen, tu area de transparentar y llevar información, me parece notable... Como aquella clase que me diste acompañada de un café... lo recuerdas?
Si bien las herramientas teóricas y metodológicas se adquieren, la fuerza y la sangre la dotan de pasión, y sin duda la tienes...
Vamos que se puede...
Besos
Y mucha fuerza
MZ

PS: NIco le contó hoy a mi padre tus exclusivas...

 
A la/s 2:38 p. m., Blogger eduardo dijo...

Me pidió con un susurro que me acercase hasta la cabecera de la cama donde reposaba agonizante su pálida cabeza.Al acercarme, su huesuda mano me cogió el brazo atrayéndome hacia él. Sostuvo con débil energía mi brazo hasta que casi sus labios rozaron mi oreja, en seguida... volvió a susurrarme con un hilillo de voz: hijo -me dijo- te voy a dejar antes de marcharme, mi bien más preciado, el mejor consejo que un padre puede dar a su hijo para que la vida no se convierta en un infierno: hijo... (balbuceó) cuidate de la tiranía de una fea!!! seguidamente exaló su último suspiro. Y murió

 
A la/s 2:56 p. m., Blogger eduardo dijo...

Para apreciar en toda su magnitud el trabajo de una secretaria, recomiendo la lectura de la obra de teatro de Albert Camus: Estado de Sitio

 
A la/s 3:09 p. m., Blogger Valparaisina dijo...

Pasa a diario... me he encontrado con eso tantas veces y como dice el colega Valencia, la mayoría de las oportunidades los episodios desagradablse vienen de parte de los más ignorantes y ordinarios de la escala jerárquica y eso más nos insulta....
No creo que seamos una casta especial y que merezcamos más o menos respeto que otros ( como comenta Rodrigo)... al contrario, creo que somos la carne de cañón para muchos... En lo personal, los pedantes me parecen algunos médicos que creen por su condición cercana a Dios merecen trato especial, haciéndose llamar doctores e incluso ocupando su estetoscopio y albo delantal para sus campañas políticas....En fin ese es otro tema.
Pero Manuel, al final del día trabajste en lo que es tu pega... buscar la verdad y colar la de aquellos que creen que la conocen

 
A la/s 5:58 p. m., Blogger Mª Ximena Núñez dijo...

mmmmm, no creo que nosotras las mujeres les hemos quitado el lugar de trabajo a los hombres,es un juego o una hironia?, cada uno tiene por lo que lucha,escuche este mismo comentario hace 2 años a un tipo que atendia un kiosko,que por culpa de las mujeres habia tanta sesantia, no soy feminista, pero la verdad esta historia a sido escrita desde la mirada masculina(tu debes saberlo mejor que nadie).

estas perdonado solo por que creo que es un juego y por que te gusta el teatro...
gracias por visitarme

un beso para ti

haaa aun no he tenido la oportunidad de consegir un trabajo a punta de tacos altos, faldas y lapiz labial,mmmm a lo mejor hasta me veria bien...

 

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