jueves, septiembre 07, 2006

Vírgenes suicidas



Siempre me ha llamado la atención la estética dolorosa de algunos íconos del catolicismo. Pareciera que entre más "gore" se muestren, pueden redimir más dolores y frustraciones cultivadas por la humanidad. Desde las efigies de cristos ensangrentados, estatuas con coronas de espinas incrustándose, hasta las vírgenes dolientes, que parecen autoflagelarse por haber sido madres o jugar el rol de intermediarias. "Entre más sanguinarias, más veneradas" parece ser la ecuación lógica de este marianismo sádico.

Entre estas imágenes, tengo dos predilectas, por su estética y su historia. La Virgen de los Siete Dolores (a la izquierda) y la Virgen del Sagrado Mazo. Según reza su biografía, "Nuestra señora de los siete dolores" soporta los lamentos y la sangre de siete dagas correspondientes a cada uno de los siete pecados capitales que ahogan a la humanidad: orgullo, avaricia, gula, lujuria, pereza, envidia e ira. Tiene adosados 3 mini sables más en las manos, que representan grandes dolores históricos, como la crucifixión de Cristo, las diversas guerras y una daga reservada a los que están por venir. Todo un simbolismo para castigarnos por nuestra esencia errática.


La "Virgen del Mazo", con su largo y macizo bate, tiene por misión destrozar demonios. Este híbrido entre virgen y santa pagana, oriunda de Nicaragua, está equipada con un mortero y un sable para cumplir su cometido exorcista. Además, con un simple roce de sus dedos mágicos hace suyos y "por toda la eternidad" los dolores ardientes de quienes sufren.

2 Comentarios:

A la/s 1:39 p. m., Blogger smoked eyes dijo...

Una vez leí algo sobre las vírgenes de un pueblo que se mantienen así para siempre como haciendo el sacrificio por toda la comunidad, ellas son las depositarias de la sabiduria y de la asepcia sexual....
Tb me intrigó la historia de las Vestales sacerdotisas vírgenes que custodiaban el templo de la diosa Vesta en la antigua Roma. Eran seleccionadas entre niñas de 6 a 10 años y servían por 30 años. Entre sus tareas estaban la preparación de sacrificios y el mantener viva la llama del fuego sagrado. Si alguna de ellas rompía sus votos de castidad era enterrada viva.

 
A la/s 6:30 p. m., Blogger Udo dijo...

Tú y tu gusto por el arte religioso, debo de confesarme bastante ignorante respecto al tema, de todas formas sin interesarme demasiado hay algo tremendamente poderoso en él que llama mi atención, mientras leía se me vino a la cabeza la Vírgen de Guadalupe y Frida Khalo, quizá una de la otra no tengan mucho que ver, pero quzá si las fusionáramos podría resultar algo entre sí y nacería una Vírgen a la cual no dejaría de rendirle culto.
El título de tu post me recordó la película de Sofía Coppola, "Las vírgenes suicidas" que no se si me gustó mucho, tampoco "Perdidos en Tokio", no tiene nada que ver con el tema, pero no importa, jajaja, me trataron de insensible porque no me gustó "Perdidos en Tokio", como que los críticos sobreestimaron demasiado a la Señorita Coppola antes de tiempo, será por el apellido?.
Bueno, espero no haberte lateado demasiado, que estés muy bien, nos vemos.
Sal-udo.

 

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