jueves, agosto 24, 2006

Headmaster Ritual


Morrissey era todo lo que yo quería ser desde niño. Tal vez la primera reminiscencia musical que pude absorber de los insulares (en términos globales, por cierto) años 80, en que una radio mal sintonizada o un cassette maxwell era el único pasaporte a la escena musical que se desataba más allá de la cordillera.
Y yo era un niño anglófilo desde entonces! Recuerdo algunas performances con camisas abiertas, inglés improvisado y escobas que eran guitarras ante mis ojos. Delirios que fueron haciéndose más serios a medida de que fui creciendo. Por supuesto, The Smiths y Mozzer musicalizaron la escena. Canciones como "Half a Person", "Reel around the fountain", "Suedehead", "Boxers" o "Meat is murder" rotaban de memoria.. una y otra vez.
Ya despojado del niño, Morrissey seguió sonando en mi pequeño cuarto, ya no desde los viejos maxwell que grababan tracks improvisados de algún programa indie de radio Concierto, sino de los CD que pude comprar con mi primer sueldo (en LUN) y desde los posters que mantuve, las pastillas que nunca quise amputar y el jopo que desarmé, entrados los 90.
Un Mozzy más viejo, con patas de gallo y vestido de crooner, llegó al SUE el año pasado, en medio de una crisis de desfinanciamiento, que me dejó frustrado sin poder verlo (al borde del llanto... además, compartía escenario con la maestra PJ Harvey). Un Morrissey que aterrizó a Chile en medio de un enjambre de fans aparecidos que jamás se supieron sus canciones ni entienden su filosofía ascética, microbiótica, casta, agnóstica e irreverente. Sólo siguen al ídolo de moda, en un revival ochentero que es más pose que autenticidad. Y, en medio de todo, el fabricante de sarcasmos británicos neo-Wilde rasgando su camisa de vaquero para mostrar una panza esculpida por la cerveza sin cebada, vestido de sacerdote, con dignas canas que se asomaban y una voz gastada por las décadas.
Desde aquí mi pequeño tributo al cantante que me llevó a ser adicto a la melancolía y a aprender inglés como si se tratara de un código escondido e impuesto como un desafío para poder ententerlo.
Brindis!

4 Comentarios:

A la/s 9:08 a. m., Blogger smoked eyes dijo...

Me sumo al tributo a Morrisey y su tristeza adictiva (y por cierto muy rentable).... un tipo que se ha mantendio fiel a sus principios pese al cambio sustancial de la nueva generación.

Recogo el guante y acepto el emplazamiento..... acordamos by phone.

Mi querido amigo Os: Morrisey también se puede escuchar en la noche de la soledad en el campo y bajo la constelación de Orion.

besos melancólicos

 
A la/s 9:31 a. m., Blogger Elena dijo...

M... Hola?... permiso...
Eh... Morrissey!... a ver... no lo sé todo de él... pero sí puedo decir... que me transmite esa melancolía... con una fuerza brutal... de cantarle a la pena...
Me fascina Suedehead, desde luego rayo con There is a light and it never goes out, y wow The More You Ignore Me, The Closer I Get, también escribí algo al respecto)))
La luz no se apaga...

 
A la/s 1:06 p. m., Blogger Gaviota dijo...

eeeehhh Morrissey no es mi tipo yo queria ser como la Paula Abdul o la Jannet Jackson con esos bailes ultra producidos, si hasta las imitaba, obvio me salía como el forro...pero bueno ahora ya no me gustan, prefiero Pandora....jjaaj!!!

Saludos varios,

Claudia

 
A la/s 2:49 p. m., Blogger P O L L A dijo...

...encuentro una lástima que no hayas podido ir al recital, cantó muchas canciones de los Smiths y era pa llorar a mares o cantar a gritos... me encanta Morrissey, me emociona.

 

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