martes, enero 29, 2008

Mi bello verano


Diez días duraron mis primeros momentos de libertad en dos años. Fueron horas de recarga, de libertad, de volver a tantos detalles que había dejado pasar entre el tráfago de la sobrecarga laboral y una vida completa casi en función de eso. Mis pequeñas vacaciones comenzaron un viernes.

Apenas pude dejar la posta de mi corresponsalía (con celular incluido) a una reemplazante, partí a Santiago. La capital para muchos puede ser símbolo de caos y ajetreo, pero para mí es el lugar de reencuentro con recuerdos importantes, amigos y una arquitectura que me reconforta y traslada. Me quedé en la casa de Lucy por 5 días. Entre los vapores de su cocina, el olor a albahaca, merkén, rúcula y vino, compartimos los placeres culinarios. Celebramos la luna llena, hablamos de amores y desencuentros, nos reímos de la vida, paseamos por una Providencia somnífera y fresca a eso de las 8 de la tarde. Celebramos también el cumpleaños de mi amiga, con verduras, ensaladas de fruta, gazpacho y champaña. Brindamos, reímos, dejamos que la noche fresca de verano se colara por sus ventanales, entre las notas de Chopin, la sonrisa de amigos como Mireya, Angélica y Andrés y el choque feliz de copas.


En otras horas, me reuní con Rafael. Fuimos por helado de miel de ulmo (ñam!) al Emporio La Rosa, lo visité también en su acogedora casa de San Bernardo. Comí pastel de choclo preparado por su madre, recorrí el pequeño pueblo convertido en ciudad y me entrometí en las pequeñas ventanas con tenues luces encendidas en mi viaje nocturno, en el tren de regreso a Santiago (pocas cosas me desconectan más que un tren y su ritmo cansino que atestigua los poblados y caceríos como un visitante acostumbrado).



Luego partimos con Lucy y Angélica (gran amiga también y ex editora.. de quien lamentablemente no tengo fotos!) a La Serena. Allá me hospedé en casa de mi amigo Ricardo, en pleno centro de Coquimbo. El primer día almorzamos en La Recova, ese mercado precioso que da un toque de chilenidad al colonial corazón de la ciudad de las papayas. Caminamos largos minutos por sus calles pequeñas, sus edificios pretenciosos, su ritmo adomecido de pueblo de provincia. Fuimos -también- a la playa hasta el hartazgo. Continuamos la caminata por esa extensa playa desde "Cuatro Esquinas" hacia el Faro. Lucy nos deleitó con sus sopas y brebajes veraniegos y Angélica con su conversación pausada e inteligente. Me reencontré también con Ricardo, en su antigua casa porteña. Vimos capítulos de "Cuna de Lobos" de culto, fuimos a la playa, recorrimos el "Barrio Inglés", salimos a bailar y también conocimos la imponente mezquita del Cerro Dominante, de Coquimbo.


Un paréntesis especial de este "viaje a la desconexión" fue el paseo por el Valle del Elqui con Lucy, un día sábado. Partimos temprano hasta Pisco Elqui, a dos horas de La Serena, donde almorzamos cabrito al jugo en un típico restaurante local, atendido con esmero por una sonriente morena llamada Teresa. Luego, bebimos Pisco Sour, nos contamos más vértices de nuestras vidas (gracias por la confianza!), recorrimos los pueblos de Montegrande, Paihuano y Vicuña con la mirada limpia y ansiosa. Compramos artesanía y queso de cabra y regresamos, con los pies cansados y los pulmones frescos, contemplando los últimos rayos de sol sobre el embalse Puclaro. Una imagen que difícilmente borre de mi memoria.


Ahora de vuelta en Valparaíso, comienzo con intensidad mi trabajo a partir de mañana. Lo hago con las pilas recargadas, con una sonrisa en la boca, los recuerdos de mi desconexión y los momentos de veraniego anonimato durante 10 días en que fui prófugo de mí mismo.

11 Comentarios:

A la/s 6:27 p. m., Anonymous Anónimo dijo...

un par de dias de tus vacaciones.. veo k faltó otro día k contar. pero bueno..... k rico k pudiste hacer mil cosas todos los días para llegar con energía y el descanzo ...

buen retorno y ánimo a los nuevos cambios

 
A la/s 12:08 a. m., Blogger Violeta z dijo...

Qué bellos días disfrutados a concho, con cocina, paseos, confidencias, regaloneos y esa capacidad de asombro que tienen los forasteros. la misma que dota de sorpresa nuetros paseos por el puerto, que nunca terminamos de conocer.
Besos
Me pasas a buscar mañana?
MZ

 
A la/s 1:01 p. m., Anonymous Anónimo dijo...

Hola cariño,
qué placer volverte a encontrar, pues, como ya sabes, se me habias perdido en la inmensa blogosfera...!
otra vez, regreso a tus letras que me transportan, me mecean tiernamente... uf! un recorrido por mi Chile amado... Stgo, La Serena, y el maravilloso Valle del Elqui... los recuerdos bailan en mi mente, se asoma una sonrisa a mi rostro y el rico sabor de un pisco sour y de un pastel de choclo vuelven a mi paladar..!
hermoso paseo, asi como son tus maravillosas letras!
un besito dulce con mucho cariño amigo
Sonita

 
A la/s 2:59 p. m., Anonymous Anónimo dijo...

Morenito moreno, nada hablas de tu sonrisa, de la alegría y potente juventud k esparciste en los alegres lugares caminados. No puedo resignarme a no sentir tu urgente necesidad de comunicarte, de aprehender de las experiencias de los otros, de tu sonrisa feliz ante el pisco sour, el ceviche,el cabrito, el queso de cabra, el manto mágico del Valle... tu días libres fueron también para mí un viaje potente al corazón de mi ser siempre joven, de mi esperanza. " Marichi weu ", 10 veces venceremos
el 2088 es nuestro¡¡¡¡¡¡¡
un bso de tu cómplice morena
LUCY

 
A la/s 3:19 p. m., Anonymous Anónimo dijo...

me alegro que hayas disfrutado tus vacaciones juntos a quienes estimmas y haber compartido lugares,vivencias y momentos placenteros .
Ahora me toca a mí,jajajaja , ya que mañana comienzo mis vacaciones, espero que al igual que tú, amigo, sean tan gratas y recargue las pilas para afrontar este año 2008, y espero que nos veamos y podamos traspasarnos las vivencias del verano, aunque tú como siempre tan bien las has plasmado.
Bienvenido Manu y fuerza para el 2008
Talento

 
A la/s 4:38 p. m., Blogger Udo dijo...

Digamos que la ruta hacia el norte fue donde te conocí por primera vez; casualmente mis vacaciones este año también fueron hacia allá. A diferencia tuya eso sí, yo solo pasé por La Serena.
Tiene algo esa ciudad, un encanto, una mística escondida, será que es la tierra de la gran Gabriela Mistral lo que la hace interesante, adoro la vida y obra de la Mistral.
Me alegro muchísimo hayas podido descansar y conocer nuevos lugares, no hay nada más reconfortante para el espíritu que conocer nuevos lugares.
Un abrazo muy grande.
Sal-udo.

 
A la/s 1:00 p. m., Blogger Gonzalo Villar Bordones dijo...

oye: te invito a almorzar lentejas.

 
A la/s 10:25 p. m., Anonymous Anónimo dijo...

Angelique:

Moreno helénico, las vacaciones parecen más lindas a través de tu notable descripción, llena de sabores, olores, afectos; debe ser porque tienes en ti la magia de las palabras, a lo Neruda... Y también a lo Mistral. Cariños Etérea

 
A la/s 8:07 p. m., Blogger Tristancio dijo...

Buen regreso!!

A ver si ahora, con las energías del Valle, las noticias del Puerto son buenas también. Y las tuyas (de ti), mejores aún.

Abrazo.-

(También estoy recién llegado)

 
A la/s 1:09 p. m., Blogger faafafa dijo...

o sea coño dejaste las extremidades en la calle

la pasaste de pelos


gracias x leerme. cuidate majo.

 
A la/s 12:20 a. m., Anonymous Anónimo dijo...

QUÉ GANAS DE HABER IDO CONTIGO Y TUS OJOS SENSIBLES QUE TODO LO CAPTAN... EL VALLE DEBIÓ SER MÁS RELUCIENTE CON LA PRESENCIA DE OTRO POETA.

SALUDOS

DIEGO DE VALPARAÍSO

 

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